domingo, 29 de marzo de 2020

LA INFODEMIA Y EL PELIGRO DE LA DESINFORMACION DURANTE LA EPIDEMIA DEL CORONAVIRUS

En paralelo al avance del coronavirus, hay un nuevo concepto que también 
deja su impacto por estos días: la "infodemia", una práctica que consiste en 
difundir noticias falsas o maliciosas sobre la pandemia y que aumenta el pánico 
o la angustia en las sociedades.
Frente a este fenómeno, algunos analistas sostienen 
que "cuando hay una emergencia sanitaria, las 
operaciones de desinformación pueden poner en 
riesgo la salud de millones de personas" y 
establecen recomendaciones para el 
tratamiento correcto del tema.

La " infodemia " –tal es su nombre oficial, del inglés "infodemic"– es una práctica
 que genera pánico o promueve conductas incorrectas. El término fue 
utilizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) e introducido en la 
agenda argentina por la secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti.
Investigadores del rol de la comunicación en las sociedades contemporáneas 
dialogaron con Télam sobre las formas de construcción de sentido en
un escenario de proliferación informativa que va desde prejuicios en
la terminología a los riesgos de viralización de contenidos falsos para llenar
vacíos, a la vez que analizaron la responsabilidad de los medios, las
plataformas digitales y el Estado.
El temor a lo desconocido, a no poder controlar 
nuestro porvenir, a menudo nos deja totalmente 
nerviosos. Este es el caso del COVID-19 (coronavirus) 
el cual produjo desde su llegada una sensación 
de estrés producto del encierro, el aislamiento y el 
exceso de información.Mario Riorda, académico, 
docente, politólogo e investigador, define "infodemia" 
como "un serio problema de desinformación que 
aumenta la propagación producto de la desinformación 
a escala 
masiva. Técnicamente, es una epidemia de mala 
información, o bien mala información que posibilita
 una epidemia vía datos falsos, errados o maliciosos 
que se propagan por redes sociales".
El analista y consultor comunicacional explica que la Organización Mundial de 
la Salud (OMS) sostiene que el nivel de estigma asociado con Covid-19 se
 basa en tres factores principales: es una enfermedad nueva para la cual 
todavía hay muchas incógnitas; a menudo tenemos miedo de lo desconocido
 y es fácil asociar ese miedo con "otros". Por eso, Riorda indica: "Las palabras
 utilizadas para nombrar cosas o situaciones son importantes y condicionan
 las acciones" y ejemplifica: "Caso sospechoso" está contraindicado porque 
perpetúa estereotipos.

"Tampoco se deben adjuntar ubicaciones o 
etnias a la enfermedad: no es 'Virus chino' o 'Virus 
asiático'", alerta, y destaca: "Usar terminología
 criminalizante o deshumanizante crea la impresión de
 que las personas enfermas de alguna manera han 
hecho algo mal o son menos humanos que el resto".
De esta manera, plantea que se recomienda hablar sobre "personas que
 tienen Covid-19", "que están siendo tratadas por...", "personas que se recuperan
 de...", "personas que murieron después de contraer...", "con la enfermedad 
de...", "víctimas de...", "personas que pueden tener..." o "que son presuntas de...".
Investigadora, periodista y estudiosa de la relación entre agenda pública, 
mediática y política, Natalia Aruguete analiza cómo en ese proceso se 
conforman percepciones y miradas. Actualmente, junto a Ernesto Calvo, está
 haciendo testeos provisorios de la conversación en Twitter sobre el Covid-19
 en distintos países y lo que observan es una mayor la propagación de false news 
que de fake news.
Ellos distinguen entre "fake news" y noticias falsas 
("false news") con la hipótesis de que "detrás de 
las ´fake news´ hay una finalidad política, una intención 
de provocar un daño mediante una operación política. 
Las noticias falsas, en cambio, pueden surgir de la 
necesidad de llenar vacíos de información incompleta
 mediante prejuicios que son coherentes con las 
creencias y la idiosincrasia que dominan una comunidad".

¿Por qué se viralizan las noticias falsas?
Para Aruguete, que junto a Calvo tienen prevista para abril la publicación del
 libro Fake news, trolls y otros encantos, un motivo es que "esos mensajes 
virtuales incluyen certezas que los científicos no pueden dar por lo dinámica que 
es esta epidemia". "En el caso del Covid-19, los vacíos en el conocimiento
 científico y las ciencias médicas, por caso, se completan con prejuicios: se emiten
 fechas, números y propuestas de tratamiento que generan un 'confort cognitivo'.
 Las certezas siempre dan mayor tranquilidad que las vacilaciones. En este 
sentido, las noticias falsas se propagan, además, en la medida en que esa 
información es congruente con el contenido circulado en una determinada
 comunidad virtual".

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