Por: Ralph Zapata (Piura), Magali Estrada (Áncash),
Alicia Tovar (Lambayeque), Claudia Chávez (La Libertad),
Jorge Carrillo (Loreto), Gustavo Callapiña (Arequipa),
Clarys Cárdenas (Cusco), Karin Chacón (Puno),
Geraldine Santos (Huánuco) y Alba Rivas (Apurímac).
Alos trabajadores y familiares que
iban al sepelio “los vecinos los
han corrido a pedradas y les han
tirado bala. La gente que vive
cerca de los cementerios no
quiere que entierren a los muertos por Covid-19. Ya hemos
tenido problemas en Zarumilla y ahora en la ciudad de
Tumbes”, dice preocupado a OjoPúblico, Abel Chiroque,
Defensor del Pueblo en esta región ubicada en la frontera
con Ecuador. Eso ocurrió el último
sábado 4 de abril.
Los vecinos del barrio El Pacífico llegaron hasta el
cementerio El Carmen, y ayudados con lampas cubrieron la
fosa que en la madrugada el municipio hizo para enterrar al
tercer fallecido por esta enfermedad. Solo después,
resguardados por la Policía y el Ejército y aprovechando el
toque de queda, las autoridades lograron reabrir el hoyo y
enterraron el cadáver. Al otro lado, los vecinos lanzaron
piedras contra los trabajadores encargados del entierro y
tuvieron que huir del lugar.
EN TUMBES HAN CONTRATADO A NUEVOS TRABAJADORES PARA REALIZAR LOS ENTIERROS, PORQUE LOS DE LA FUNERARIA NO QUIEREN HACERLO, TIENEN MIEDO.
La región ubicada en la frontera con Ecuador es una de las 13 en todo el Perú que no cuenta con un crematorio para incinerar a los muertos.
El protocolo recomendado por el Ministerio de Salud (Minsa) es el entierro sin velorio, pero durante las últimas semanas, impulsados por el miedo y la falta de información, los vecinos que viven en los alrededores, se han opuesto, en muchos casos con violencia, a que los familiares sepulten a sus muertos. Los mismos trabajadores de los cementerios se han negado a cumplir con su labor y han abandonado a los deudos.
Según la Defensoría del Pueblo, en el Perú solo hay 11 regiones fuera de Lima y Callao que cuentan con
crematorios autorizados por el Minsa: Piura, Lambayeque, La Libertad y Áncash en el norte; Huánuco y Junín en la parte central; Loreto y San Martín en la Amazonía; y Cusco, Tacna y Arequipa en el sur. En casi todas las regiones estos establecimientos son privados, salvo en Junín donde es público.
El primer fallecido por
Covid-19 en Tumbes fue enterrado el 31 de marzo en el cementerio San Carlos de Zarumilla, después de 30 horas, pese a que el protocolo sanitario señala que debe hacerse dentro de las 24 horas después de la muerte. La demora se originó porque las personas que vivían alrededor se oponían al entierro en ese cementerio. Esa vez también fue necesaria la presencia de un fiscal, de la policía y del Ejército para que los familiares puedan a enterrar a su muerto.
SEGÚN LA DEFENSORÍA DEL PUEBLO, EN EL PERÚ HAY 11 REGIONES FUERA DE LIMA Y CALLAO QUE CUENTAN CON CREMATORIOS AUTORIZADOS POR EL MINSA.
El personal del cementerio que participó de este entierro también fue agredido por la población, que les lanzó piedras. “Lo mismo pasó en el cementerio de la ciudad de Tumbes, con el tercer muerto. Como había muchísima gente, entramos por una puerta adyacente, no por la principal. Los vecinos habían tapado la fosa, igual que en el cementerio de Zarumilla. Y luego lanzaron piedras y hasta disparos, por eso los trabajadores salieron corriendo”, contó el defensor del pueblo Abel Chiroque.
MIEDO. En Tumbes los vecinos que viven en los alrededores del cementerio se oponen al entierro de los muertos por Covid-19 y cubren las fosas destinadas como sepultura.
Debido a la violencia e inseguridad a la que están expuestos quienes participan de la inhumación de los fallecidos por coronavirus, muchos sepultureros han renunciado a su trabajo. No solo ellos. “Los de las funerarias y el personal de salud ya no quieren participar en los entierros. Tienen miedo a contagiarse y a la violencia de la gente. Ahora nadie quiere tocar los cadáveres”, dijo Chiroque.
El director regional de Salud de Tumbes, Harold Burgos, le dijo a OjoPúblico que han empezado a contratar gente para realizar los entierros. “No es personal de salud ni de la funeraria, porque ellos no quieren, tienen miedo. Se contrata gente, se les capacita y se les da la indumentaria”, dijo.
Un solo crematorio público en regiones
En Lima existen seis crematorios: dos de ellos son públicos y se ubican en los distritos de El Agustino y Chorrillos, y el costo de sus servicios es de S/ 1.650 cada uno. Otros cuatro crematorios son privados y cobran entre S/ 1.800 y S/ 3.900. Mientras tanto, en el Callao funciona un crematorio público cuya tarifa es de S/ 760. Estos precios no incluyen los servicios funerarios como retiro y traslado del cadáver.
En regiones, de los 11 crematorios, solo uno es público y funciona en Junín. El precio de sus servicios es de S/ 4.000, pero cuando se incluye el servicio funerario el costo se incrementa hasta S/ 5.000. En el resto de regiones los crematorios son privados y las tarifas oscilan entre S/ 1.500 y S/ 5.000.
LA FALTA DE CREMATORIOS ES UN FACTOR DE RIESGO PORQUE EL PROTOCOLO RECOMIENDA QUE LAS PERSONAS QUE MUEREN POR COVID-19 SEAN CREMADAS.
Para el decano del Colegio Médico de Lima, Juan Astuvilca, la falta de crematorios es un factor de riesgo porque el protocolo recomienda que las personas que mueren por
Covid-19 sean incineradas. “Lamentablemente, al no tener suficientes crematorios en todas las regiones del país, los cadáveres son enterrados y manipulados por las personas sin las condiciones básicas de protección. Es un riesgo para la salud pública”, dijo a
OjoPúblico.
Añadió que en nuestro país no contamos con suficientes crematorios debido a que no es una práctica habitual. “Cremar a nuestra persona es más caro que enterrarla, entonces hay un factor económico; y en segundo lugar tenemos el factor de las costumbres, hay muchas tradiciones andinas de velar al cuerpo, enterrarlo en un ritual con los amigos y familiares, con música. Entonces, el entierro es la forma más popular de despedirnos de nuestros cadáveres”, dijo.
PROCEDIMIENTO. Representantes del crematorio de Áncash explicaron a OjoPúblico que su labor consiste en recibir el cadáver, cremarlo y entregar las cenizas a la entidad contratante. No tienen ningún contacto con la familia del difunto.
Foto: Magali Estrada
Manejo de los cuerpos
De acuerdo con la directiva sanitaria 087-2020-Digesa/Minsa, los procedimientos para el tratamiento de los cuerpos de personas fallecidas por Covid-19 son la cremación y el entierro o inhumación en lugares donde no haya crematorios. En este último caso se debe realizar dentro de las 24 horas de certificada la muerte, sin velorio, y las personas autorizadas para dicho procedimiento deben contar con todos los equipos de protección personal (ropa quirúrgica, lentes, mandil, gorro, mascarilla, guantes y botas).
El cuerpo debe ser introducido primero en una bolsa, cerrada herméticamente, y luego desinfectada con hipoclorito de sodio (lejía), y solo después, colocado en un ataúd que, por ningún motivo, debe ser abierto. La norma solo permite que durante la sepultura solo estén presentes hasta 5 familiares del fallecido, siempre y cuando usen los equipos de protección personal.
En la cremación pueden participar hasta dos familiares, también con implementos de seguridad, y se realiza dentro de las 24 horas de certificada la muerte. Las cenizas son entregadas en una urna sellada a los familiares que lo soliciten. Estos centros de incineración deben contar con autorización de la Dirección General de Salud Ambiental (Digesa).
EN LA CREMACIÓN PUEDEN PARTICIPAR HASTA DOS FAMILIARES, TAMBIÉN CON IMPLEMENTOS DE SEGURIDAD.
El Minsa informó que el Sistema Integral de Salud (SIS) cubrirá los gastos de sepelio de sus asegurados, que incluye el ataúd, el traslado del fallecido del hospital y el proceso de cremación. “En los casos donde no exista crematorio se cubrirán los gastos del féretro, traslado al cementerio y la sepultura”, señalaron.
HEROICO. El personal de salud de los diferentes hospitales del país viene luchando para salvar vidas y evitar que más pacientes de Covid-19 mueran.
Foto: Minsa
La cobertura del SIS también incluye a personas indigentes. Además, se conoció que toda muerte sospechosa por Covid-19 debe ser manejada como un caso confirmado y seguir las mismas recomendaciones de bioseguridad. En el caso de los afiliados a Essalud, esta entidad cubrirá los gastos de cremación o entierro.
La norma sanitaria 087-2020 de Digesa precisa que a los fallecidos por Covid-19 no se les realizará la necropsia. La intervención del Ministerio Público solo se autoriza cuando hay evidencias de algún acto criminal, y si eso ocurriera, participa la fiscalía “con el número mínimo de representantes” y con los cuidados exigidos para esta emergencia, usando equipos de protección personal.
LA NORMA SOLO PERMITE QUE DURANTE LA SEPULTURA SOLO ESTÉN PRESENTES HASTA 5 FAMILIARES DEL FALLECIDO
Los crematorios de la costa norte
Piura cuenta con un crematorio privado del camposanto Jardines Celestiales, cuyo costo de incineración es de S/ 2.900. En dicho centro fueron incineradas los dos fallecidos por coronavirus. Sin embargo, el presidente de la Federación Médica de Piura, Arnaldo Vite, dijo que si se presentaran más muertes algunas de las víctimas tendrán que ser enterradas en cementerios.
En Lambayeque solo uno de los dos crematorios privados que existen cumple los requisitos solicitados por el Minsa. El director del Hospital Regional de Lambayeque, Óscar Tenorio Carrasco, explicó a OjoPúblico que la empresa Jardines de la Paz es la única que cuenta con el código Renpress (Registro Nacional de Instituciones Prestadoras de Servicios de Salud).
Jardines de la Paz tiene un solo crematorio ubicado al interior del mismo camposanto de la empresa. Tenorio dijo que hasta ahora se ha cremado cuatro cadáveres por Covid-19. El costo de cremación aquí es de S/ 2.710, pero debido a la letalidad de la enfermedad, el Gobierno Regional de Lambayeque ha propuesto que los alcaldes autoricen el uso de fosas comunes en cementerios públicos.
EN LAMBAYEQUE SOLO UNO DE LOS DOS CREMATORIOS PRIVADOS QUE EXISTEN CUMPLE LOS REQUISITOS SOLICITADOS POR EL MINSA.
Mientras tanto, en La Libertad existen dos crematorios privados autorizados por el Minsa, que se ubican en la ciudad de Trujillo. Sin embargo, solo uno de ellos se encuentra en funcionamiento. Se trata del Crematorio Los Ángeles, ubicado en la urbanización Parque Industrial, en el distrito de La Esperanza, provincia de Trujillo.
AL LÍMITE. En Lambayeque este es el único crematorio que existe para los fallecidos por Covid-19.
Foto: Alicia Tovar
Otra de las regiones del norte que cuenta con un solo crematorio es Áncash. Se llama Lomas de la Paz, de propiedad del empresario Arturo Torres Calderón-Zárate, y está ubicado en el distrito de Nuevo Chimbote. Aunque a la fecha, en las cifras oficiales del Minsa solo figura una persona fallecida por Covid-19 en esta región, ya se han cremado tres cuerpos.
El gerente de la Red Asistencial de EsSalud de esta región, Ramón de la Cruz Castillo, explicó a OjoPúblico que las otras dos víctimas fueron cremadas para evitar algún problema de salud pública. Por su parte, la coordinadora de la Defensoría del Pueblo de Chimbote, Roslin Villanueva Ramírez, dijo que en esta región faltan bolsas herméticas para cremar a los fallecidos por Covid-19.
EN ÁNCASH FALTAN BOLSAS HERMÉTICAS PARA CREMAR A LOS FALLECIDOS POR COVID-19.
Los crematorios del sur peruano
El Centro Tanatológico de Cusco es el único crematorio privado de la región, y fue el lugar donde se incineraron a los tres fallecidos por Covid-19. Rubén Pinto Cárdenas, gerente de dicho crematorio, le dijo a OjoPúblico que hasta el momento ha invertido S/50 mil en la adquisición de tres equipos de protección respiratoria, insumos para la desinfección del vehículo de transporte y la compra de mamelucos descartables, necesarios para evitar el contagio.
Añadió que no ha recibido el pago por la cremación de los tres fallecidos. Se contactó con la aseguradora del segundo fallecido, un turista procedente del extranjero, pero aún no se concreta la transferencia de dinero; y en los otros dos casos, la Dirección Regional de Salud (Diresa) de Cusco asumirá los gastos de la cremación de otros dos turistas.
EL CENTRO TANATOLÓGICO DE CUSCO ES EL ÚNICO CREMATORIO PRIVADO DE LA REGIÓN, Y FUE EL LUGAR DONDE SE INCINERARON A LOS TRES FALLECIDOS POR COVID-19.
A pesar de ser la región con más casos en el sur, Arequipa también cuenta con un solo crematorio privado para fallecidos por coronavirus. Los cuatro fallecidos fueron incinerados en el crematorio Paxis, cuya representante Roxana Benavente dijo que han cremado siete cuerpos, entre personas confirmadas con el Covid-19 y sospechosos. “La gente está nerviosa y prefiere cremar”, dijo. El costo de dicho servicio es de S/ 2.800.
SEGURIDAD. Representantes del crematorio privado de Arequipa dijeron que no están entregando las cenizas de las víctimas de Covid-19 a sus familiares.
Foto: Gustavo Callapiña
Benavente añadió que no han entregado las cenizas a los familiares. “Si son (muertos) con Covid-19 no se entregan. Las mantenemos en custodia”, dijo. Sobre el pago por el servicio, Benavente dijo que Essalud sí ha cumplido con el desembolso, pero el Minsa no ha cancelado por la cremación de una mujer de 60 años sospechosa de haber muerto por esta infección.
En la región fronteriza de Tacna funciona el crematorio privado Santa Ana, ubicado en el distrito de Calana, provincia de Tacna. El representante de la empresa, Orlando Podestá Vizcarra, dijo que las autoridades les han pedido un presupuesto y les han indicado el protocolo sanitario a seguir en caso de fallecidos por Covid-19. En esta región aún no se han reportado fallecidos por esta enfermedad.
Las falencias en Loreto y San Martín
Loreto, la segunda región con más casos de Covid-19 después de Lima, tiene solo un crematorio: el Consorcio de Servicios Funerarios “Jardines del Edén”, que funciona en la ciudad de Iquitos, en el kilómetro 9 de la carretera Iquitos-Nauta. “Si aumentan los fallecidos se tendrá que enterrar. Hay algunas ciudades donde no existe crematorio y se está cumpliendo otro protocolo”, dijo Javier Nalvarte, gerente del crematorio.
Por su parte, Lisbeth Castro Rodríguez, defensora del Pueblo de Loreto, dijo que “si no hay crematorio, se entierra”, y añadió que hay carencia de bolsas especiales para los difuntos, por lo cual ha solicitado al Minsa enviar a la brevedad estos materiales.
En el caso de la región San Martín, si bien cuenta con un crematorio privado en la ciudad de Moyobamba, ahora el Gobierno Regional informó que en convenio con la universidad Nacional de San Martín adecuarán el crematorio de animales de dicha casa de estudios superiores para incinerar a las víctimas de Covid-19.
LORETO. Las personas fallecidas por Covid-19 son trasladadas hasta este lugar. No se realiza velorio y al crematorio pueden ir solamente dos familiares con equipo de protección personal.
Foto: Jorge Carrillo
En esta región el primer fallecido fue enterrado en el cementerio general de la ciudad de Tarapoto, pues el crematorio entonces no funcionaba. La segunda víctima falleció el último domingo 5 de marzo en el hospital de Moyobamba, pero el resultado positivo para Covid-19 recién se conoció dos días después, ya cuando había sido enterrado en el cementerio de la ciudad de Moyobamba.
Crematorios en Huánuco y Junín
En Huánuco, el crematorio privado ubicado en el cementerio Divino Descanso dejó de funcionar hace un mes y medio, antes del inicio de la cuarentena, por problemas técnicos. La representante, Lidia Cabrera Guerra, dijo a OjoPúblico que por la emergencia sanitaria los técnicos que reparan la máquina de cremar no pueden llegar a Huánuco desde la ciudad de Lima.
El director regional de Salud de Huánuco, Fernando Ramos, confirmó que de ocurrir muertes por Covid-19 en esta región usarán los servicios del crematorio privado y para ello “estamos gestionando su pronta reparación”. La tarifa por este servicio era de S/ 5 mil.
EN HUÁNUCO, EL CREMATORIO PRIVADO UBICADO DEJÓ DE FUNCIONAR HACE UN MES Y MEDIO.
En la región Junín hay dos crematorios autorizados: uno en el Cementerio General de Huancayo, que es administrado por la Beneficencia Pública y el otro en el Cementerio Esperanza Eterna, de administración privada. Ambos se ubican en la ciudad. La tarifa en el crematorio público es de S/4 mil y en el privado bordea los S/10 mil.
DESCONTENTO. En la provincia de Chanchamayo, en Junín, los pobladores protestaron porque no querían que una víctima de Covid-19 fuera enterrada en el cementerio. Exigían que fuera llevado hasta el crematorio de Huancayo.
Foto: Javier Ramos
El último lunes una mujer de 49 años que falleció por Covid-19 en la provincia de Chanchamayo fue enterrada en el Cementerio General de La Merced. Sin embargo, los pobladores salieron a las calles y exigieron la cremación del cuerpo. Al respecto, José Mariño Arquiño, alcalde de la provincia de Chanchamayo, explicó a OjoPúblico que no podían trasladar el cuerpo hasta Huancayo para cremarlo, por lo que optaron por enterrarlo.
La víctima era natural de Huánuco e inicialmente fue atendida en un centro de salud de su región. Sin embargo, fue traslada a Junín luego de una complicación médica. Ante ese hecho, el gobernador de Junín, Fernando Orihuela, dijo que cerrarán sus fronteras para proteger a la población. “Los pacientes referidos [de otras regiones] están dando positivo al Covid-19, no podemos arriesgar a nuestros enfermos”, dijo.
Sin crematorios en los Andes y la Amazonía
Puno, donde el último martes se confirmó el primer caso de Covid-19, no cuenta con un crematorio. La subdirectora de la Dirección Regional de Salud, Lourdes Guerra Cabrera, dijo a OjoPúblico que ante posibles defunciones por esta enfermedad procederán a la inhumación bajo la directiva sanitaria del Minsa.
Añadió que los entierros se realizarán en cualquier cementerio de la región. Por su parte, el presidente de la Sociedad de Beneficencia Pública de Puno, Víctor Manuel Huamaní Díaz, dijo que están gestionando un convenio marco con la Municipalidad Provincial y el gobierno regional para implementar un crematorio público en el cementerio de Ventilla.